TODO LO QUE SABES SOBRE UNA BUENA POSTURA ES ERRÓNEO

Te sorprenderá pero… La forma en la que intentas corregir tu postura puede estar empeorando aún más tu dolor.

Cabeza arriba, hombros atrás, dolor resuelto. Así es como se supone que deber ser. ¿Pero qué pasa si todo lo que te han hecho creer sobre lo que es una “buena postura” está equivocado y, de hecho, solo está empeorando tu dolor?
Pasamos horas y horas frente al ordenador, con la cabeza agachada mirando el móvil y con la espalda totalmente encorvada. ¿Es el precio que pagamos por nuestra evolución como especie humana?

Sin embargo, cuando estás con el ordenador, con el móvil o tumbado en el sofá no te ves a ti mismo ni en qué postura te encuentras por lo que quizás no le das demasiada importancia. Pero llega un momento en el que te pones de perfil frente al espejo y es cuando te das de bruces con la realidad, no te gusta lo que ves y es cuando empiezas a preocuparte por esos hombros redondeados y la espalda encorvada que te pueden estar causando ese dolor crónico que parece no querer irse. No solo eso, sino que además esta postura hace la parte baja del abdomen salga también hacia fuera y eso tiene consecuencias en la estética corporal porque, aunque tengas poca grasa se te acumula más en esa parte por la propia postura en la que te encuentras. Si te encuentras identificado con estas palabras probablemente tu vista de perfil se parezca a la imagen de la izquierda. Es entonces cuando resuenan todas estas frases en tu cabeza: “hombros hacia atrás”, “sacar pecho”, mantener la cabeza alta y alarga tu columna”, “junta los omóplatos”.Todas estas directrices hacen que tu postura pase de ser la de la izquierda a la de la derecha. ¿Problema resuelto no?

Pues no, tenemos varios problemas en esta situación. El primero de ellos, como habrás podido comprobar, es que es insostenible pasar las 24 horas del día (bueno, menos cuando estás durmiendo) pensando en mantener dicha postura. Estoy seguro de que lo habrás intentado (yo también) y es completamente insostenible. La fuerza de la gravedad hace que adoptes esa postura encorvada, es la estrategia que utiliza tu cuerpo en el momento actual para hacer frente a la situación presente, sea cual sea esta. No puedes estar luchando de forma consciente contra la fuerza de la gravedad cada minuto del día. No te preocupes por esto, la postura de la derecha, esa que intentas adoptar siguiendo los mantras mencionados anteriormente contra viento y marea porque es lo que se considera “la postura perfecta”, es igual o incluso peor que la de la izquierda. En esta “nueva” y supuesta “mejorada postura” no puedes respirar de forma eficiente. Este es el mensaje que llevan intentando transmitir desde hace 30 años el instituto de corrección postural o PRI por sus siglas en inglés.

El diafragma es el principal musculo respiratorio y para hacer de forma correcta su función tiene que partir desde una posición más perpendicular con respecto a la pelvis, formando así ambas estructuras dos líneas paralelas con respecto al suelo. Cuando echamos los hombros hacia atrás estamos consiguiendo justo lo contrario, es decir que la relación entre el diafragma y la pelvis sea más oblicua. Es probable que debido a esta postura que estás intentando adoptar llegue menos oxígeno a tus tejidos y te encuentres más fatigado.

La pregunta del millón ¿Entonces, que tengo que hacer para corregir mi postura, verme mejor y resolver los problemas que puede estar causando?Pues básicamente enseñarle a tu cuerpo (sistema nervioso más bien) que posición es la idónea para respirar de forma eficiente y qué músculos, aparte de los respiratorios, como por ejemplo de las piernas y los brazos debe contraer para mejorar tu postura. Debemos de pensar que la postura no solo afecta a la mecánica respiratoria, sino a todos los músculos del cuerpo. Pasar más tiempo dedicándolos a ejercicios como el que publicamos la semana pasada aquí en nuestras redes sociales puede hacer que tu cuerpo interiorice cómo es una buena postura para que no tengas que estar pensando todo el tiempo en tener que estar contrayendo ciertos músculos.

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