El Índice de Masa Corporal (IMC) de una persona depende de su altura y su peso. Como la altura va a ser estable a partir de los 25 años y prácticamente hasta que seamos ancianos, la única forma de cambiarlo es modificando lo que pesamos en la báscula. Cuando nos fijamos en el peso tenemos siempre los mismos problemas, que son:

No tenemos en cuenta la grasa, que es lo que de verdad importa para la salud.

La función muscular y cardiorrespiratoria son más importantes que el peso.

Por tanto, si tienes un IMC >30, es seguro que deberías reducir tu peso para mejorar tu salud, porque, seguramente ese IMC tan alto sea porque tienes mucha grasa corporal, (excepto en perosnas con mucho músculo o ancianos). Pero, en el lado contrario, tener un IMC <25 que no tiene por qué ser sinónimo de salud. Existen personas con un IMC <25 que tinenen bastante riesgo cardiovascular, es lo que se conoce como “obesidad de peso normal” (Romero-Corral et al., 2010). Es entonces cuando tenemos que mirar otros parámetros (poniéndonos en manos de un profesional) para saber si tenemos una salud adecuada o no. De hecho, es mejor tener un IMC > 25 pero tener una fuerza muscular y capacidad cardiorrespiratoria buena y no al revés.

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