Cuanto mayor sea el grado de procesamiento de los alimentos que consumimos mayor es la incidencia de todo tipo de enfermedades que nos inundan hoy en día como diabetes, obesidad, dislipemias… Esto se ha comprobado mediante estudios que utilizaron esta clasificación que aparece en la imagen (Monteiro et al. 2016). Tenemos que tener en cuenta que son los ingredientes de un producto los que determinan su calidad. Además, los ingredientes aparecen en orden, es decir, el primero es el que mayor cantidad posee el producto, el segundo algo menos y así sucesivamente. Dicho esto, esta clasificación divide los alimentos en:
Alimentos poco o nada procesados: tienen 1 o 2 ingredientes como mucho. Su procesamiento solo hace que sea más accesible o fácil de consumir el producto como por ejemplo cortarlo, envasarlo o congelarlo. Deben ser la prioridad en nuestra dieta.
Alimentos procesados: tienen 2 hasta 4 ingredientes. Están compuestos por alimentos de la categoría 1 más otros que los mejoran su sabor o conservación, aunque el alimento de categoría 1 sigue siendo el principal componente. Pueden formar parte también de una dieta saludable. Algunos ejemplos son pescados en conserva, frutas desecadas, verduras o legumbres en bote o pan…
Alimentos ultraprocesados: tienen más de 5 ingredientes. El alimento de categoría 1 (si es que aparece en el producto) está acompañado de azucares, almidones modificados, proteínas de la leche, potenciadores del sabor, edulcorantes… Algunos ejemplos son los cereales o galletas, pizzas, embutidos, yogures de frutas…
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